Archivado en junio 20, 2023
Bidzina Ivanishvili fue primer ministro de Georgia, ganó las elecciones parlamentarias de 2012 y mantuvo ese cargo hasta noviembre de 2013, hizo su fortuna en Rusia, donde reunió un imperio bancario y de metales durante la transición postsoviética. Su riqueza se calcula en miles de millones. Aunque ahora su profesión sigue siendo bastante turbia, antes lo fue más. Este empresario multimillonario de gran calibre colocó 1.100 millones de dólares bajo la custodia de Credit Suisse Trust y ganó un fallo judicial de Singapur obteniendo el pago de 926 millones de dólares por perder parte de su fortuna, esto representa uno de los mayores laudos legales contra un banco.
Ahora su interés y atención está con los árboles, al parecer no hay freno para su proyecto coleccionista.
Cada semana se transportan magnolias, tulipanes, arboles centenarios y otras plantas y flores de extrema rareza por las aguas del Mar Negro. Como si de un desfile se tratara, los habitantes de Georgia han sido testigos y público de semejante espectáculo durante años. ¿Dónde va a parar toda esa riqueza natural?
El Parque Dendrológico Shekvetili, en la costa del Mar Negro de Georgia, es un lugar que resume bien la extravagancia de Ivanishvili, con su diseño fastuoso, centrado en torno a un estanque lleno de flamencos, pelícanos y otras aves exóticas, que fue diseñado personalmente por él, es un espacio rodeado de cámaras de seguridad en el que cualquiera puede mirar, pero que nadie se atreve a tocar.
Más de 200 árboles están ya en este parque personal, la mayoría extraídos del suelo de las aldeas empobrecidas y los espesos bosques de Georgia. Ivanishvili se encarga de seleccionar y revisar personalmente la mayoría de ejemplares uno por uno. Con dinero, todo parece posible.
¿Cómo llegan a su jardín? Alrededor de la mitad fueron transportados al parque en barcazas y la otra mitad en camiones. Hay que tener en cuenta que trasladar árboles gigantescos no es una tarea fácil: las carreteras son estrechas y están rodeadas de casas y más árboles. A veces, para mover un árbol hay que talar los que quedan en el camino. Y ese trabajo lleva meses, involucra mucho dinero y una gran obsesión para lograrlo.
Hay muchas teorías que explican el porqué colecciona árboles. Algunos georgianos piensan que es un druida, aquí cabe hacer un paréntesis, los druidas eran magos y brujos en el imaginario colectivo, pero eran en realidad filósofos y teólogos. Gracias a su larga y exigente educación, adquirieron un prestigio sin igual en la antigua Galia, nombre romano dado a una región de la Europa occidental actualmente ocupada por Francia, Bélgica, el oeste de Suiza y zonas de los Países Bajos y Alemania al oeste del Rin. En pocas palabras, los druidas pretendían ser los únicos intermediarios entre los hombres y los dioses, eran grandes autoridades. Muchos rechazan que Ivanishvili sea uno de ellos.
Salomé Jashi, es una directora de cine georgiana que ha llevado la historia de estos árboles a un documental, ve algo más allá del amor por la naturaleza en la obsesión de este hombre y lo resume en que un árbol flotante, es un símbolo de poder, de deseo, de querer algo a toda costa y lograrlo por más imposible que parezca, «comprando» lo que se requiera.
Este gran parque es también el reflejo de su presencia opaca, pero gigantesca en Georgia. Ivanishvili no tiene un papel oficial como autoridad en el gobierno, pero los expertos sugieren que todavía tiene una gran influencia. Hay quien admira a este empresario por el acceso gratuito a su parque, que ha recibido más de 1,5 millones de visitantes hasta el momento, por su trabajo filantrópico, incluido el pago a artistas y poetas de Georgia. Pero de lo que no hay duda es de que arrancar árboles por doquier y plantarlos aquí y allá no es precisamente una labor que haya gustado a los grupos ecologistas.